Marta trajo hoy a su sesión una oración:
-Quiero cambiar ciento ochenta grados mi vida, pero no sé por donde empezar.
-Marta: Diseñamos nuestras vidas de acuerdo a nuestras creencias, a las experiencias, las relaciones y las posibilidades futuras. Lo que significa que, en una gran medida, estamos todos a cargo de nuestra vida y si no nos gusta, podemos cambiarla.
-Hay cosas que no puedo cambiar, como mis padres.
-Ciertamente hay cosas, pocas, que no podemos cambiar (edad, por ejemplo) . Las demás son temporales, o flexibles o modificables. Esos cambios nacen fruto de los acuerdos con nosotros mismos y serán tan duraderos como el compromiso y la promesa que nos hicimos. Te propongo :Si fuera una escena de una película Marta, cual sería. Dame colores, ruidos, sensaciones, todo.
-Tomó aire, suspiró con una sonrisa nerviosa , hubo un silencio y comenzó una muy detallada escena con temores alegrías, pasos, dudas….
-Todo empieza viendo. Veo y creo. Creo. Y si quiero, trabajo para lograr concretarlo.
Si lo veo, lo creo y lo quiero puedo accionar para que ocurra. Ejemplo: Si me veo a mi mismo dando conferencias, de pie entre mi público, veo sus miradas y el lugar, cómo van esos espectadores apreciando mis palabras, es más fácil moverme en esa dirección.
-¿Qué requiere de nosotros?
-Curiosidad. Porque la curiosidad dispara las preguntas necesarias que marcan el rumbo del pensamiento y de las acciones.
La idea es asumir y celebrar que en este proceso de ver y cambiar permanente, descubriremos cosas acerca de nosotros mismos que eran desconocidas.
Una pregunta cambia el pensamiento y genera la decisión que lleva a las acciones.
Estamos permanentemente reescribiendo nuestra historia a la luz de cómo nos vemos en nuestro mundo hoy.
-Las experiencias pasadas fueron eso: pasado. Y si tenés la capacidad de ser compasiva con vos misma Marta, la vas a poder reinterpretar comprendiendo mejor tanto a vos como a los demás.
Todos estamos en transformación todo el tiempo.