Sesenta mil son los pensamientos que los seres humanos generamos cada día. Si eliminamos los subconscientes quedarán 30.000 “voluntarios”. Dentro de este saldo hay algunos que alimentan las creencias arraigadas en la mente, muchas negativas y ninguno – tanto pensamientos como creencias-  ayuda al proceso de redefinir tu mindset y orientarlo al cambio. Ejemplo: no puedo, no sé, soy tonto, me da fiaca etc.  La pregunta entonces es ¿para qué?. Cual es el beneficio que obtengo de esas inferencias y cómo hago para cambiarlas.  Para colaborar con el objetivo de comprender que es posible modificar ciertos comportamientos y que conviene hacerlo,  me gusta utilizar analogías o fábulas. Hablamos de  historias parecidas que permiten recrear las situaciones que los clientes traen a las sesiones. Al escuchar esas historias,  comparan lo que ellos deciden es su realidad  con el desenlace de la analogía y poder ver sus propios temas desde una perspectiva distinta. Se trata de romper el molde inconsciente de “ no puedo” y que él mismo  devuelva la siguiente pregunta: ¿este pensamiento que traje me está ayudando a lograr lo que quiero?  Todos somos producto de nuestros pensamientos.

 

 

Soy lo que pienso que soy. Si pienso en pequeño, todo será pequeño. Si uso palabras que limitan, entonces limito mis pensamientos y mis  resultados. Ejemplo: digo no puedo. ¿Seguro? No será :no quiero? . Desde lo lingüístico estoy programando mi subconsciente con palabras que luego son rituales y que finalmente forman parte de mi naturaleza. Las palabras que usemos condicionan aun diciéndolas en broma. La mente no entiende la ironía y lo lee textual: soy feo, soy tonto, etc. Y pregunto: si lo que buscás son resultados positivos crees que los pensamientos negativos sirven?  ¿Para qué ir por la vida repitiéndo cosas negativas? Si querés ser mejor, empezá por creer que podés y decilo. Mirá alrededor y escuchá  con atención el lenguaje de los demás y vas a comprender lque sus pensamientos y sus palabras son las razones de sus realidades. Crees acaso que quienes tienen éxito pasan el día hablando de cosas irrelevantes?, no! entonces rodeate de palabras que construyan tus diálogos internos y externos únicamente positivos. Si esas palabras no te suman, no son tuyas, no las agarres. Las opiniones ajenas son solo eso opiniones y mejor construí a partir de las propias.Si en cambio modifico mis pensamientos diciendo que esas cosas ya ocurren, me estoy alineando con mi objetivo, estoy invirtiendo energía en mi .

 

La acción primero fue mental (pensé) , luego verbal (lo dije)  y la utima es la concreta (me muevo). Toda acción requiere una acción. Todo movimiento requiere  un movimiento previo. Muevo el  pie y camino. Aprendo a caminar y recién después a correr. Muchos se quejan y dicen:  “todos esos pasos tengo que dar?”. Boicotean el comienzo del proceso  confiriéndole un tinte doloroso y penoso sin poner foco en el desenlace. Lo hacemos para algo. El placer de ese “algo” es el que indefectiblemente necesitamos visualizar siempre. Si lo hacemos, los pasos previos son el vehículo que te llevarán. Hacemos algo, reconocemos el progreso y estamos orgullosos del resultado. Cada uno de estos logros nos acercan más a la meta. Y lo mejor de todo es entender que con el primer paso ya estás en la meta. La meta arranca con el primer paso. Los sucesivos  van modificando la meta conforme sigas creando pensamientos que construyen palabras y acciones positivas.

 

Soy lo que pienso, lo que digo y lo que hago, por lo tanto con el pensamiento ya arranca el viaje.