Luis vino a verme y comenzó diciendo “ayudame a armar mi CV. No sé como explicar el agujero”.
Estando aun en la facultad, entró como pasante en RH de una empresa multinacional. Conforme avanzó el tiempo, cambió a otros puestos y otras empresas . A los 27 años decidió ser interpreneur y llevó a cabo un aplicativo telefónico que luego vendió.
A esta altura, habían pasado 5 años y vino a verme para reinsertarse, según su pedido, nuevamente en una empresa multinacional, en RH. Su CV y carta de presentación estaban redactados de acuerdo a su realidad anterior. Me comentó que se había trabado en el proceso.
-Horacio, no sé como expicar el agujero
-Qué agujero?
-Los 5 años…
-No veo un agujero
-Estuve fuera del circuito 5 años!
-Lo se. Y por qué lo vivis como un agujero. Acaso no emprendiste?
-Sí. Pero eso a las empresas no les interesa…o si?
-Escribí por favor con datos, hechos y cifras qué pasó en estos cinco años.
Cuento largo cuento corto, rearmamos el CV entendiendo que la experiencia ganada, más las destrezas que incorporó con clientes, inversores y nuevos dueños eran claramente un activo
interesante sumados a sus skills. Trabajamos ese “wording” para que entienda la realidad y lo incorpore como una ventaja y con pasión. No como un agujero.
Un “Intrapreneur” es un emprendedor interno. Alguien que puede traer a los procesos rígidos de una compañía que se maneja “by the book” , una manera distinta de pensar, ejecutar y operar las redes internas.
Luis se postuló a búsquedas, lo convocaron, lo escucharon y poco tiempo después lo contrataron,
precisamente por esta característica de poder aportar miradas distintas en un mercado donde – dicho por ellos- estaba todo probado.
Fruto de las inferencias, asumimos cosas que existen solo en nuestro imaginario y tomamos decisiones erradas en ese entorno.